Que se vuelvan anticuadas las sonrisas y se extingan todas las puestas de sol. Que se supriman las doctrinas y deberes, que se terminen las peliculas de acción, que se destruyan en el mundo los placeres y que se escriba hoy una última canción. Pero que me quedes tú y me quede tu abrazo y el beso que inventas cada día, que me quede aquí después del ocaso para siempre tu melancolía.
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