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No se vive celebrando victorias, si no superando fracasos.

sábado, 5 de marzo de 2011


De su silencio. De esa forma tan peculiar de hablar sin hablar, de narrar sin pronunciar sílaba alguna, de bailar sin mover un sólo ápice de su cuerpo. Fue todo lo que no dijo, y lo que dijo sin decir también. Fueron las historias que no contó. Y su manera de mirar sin ver, y de ver sin mirar. Fuera como fuera, yo me veía reflejada en sus ojos y me sentía viva cuando su piel me sostenía.

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